Esta modalidad se encuentra en pleno auge en los últimos años a lo largo y ancho de las playas. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que para los más intrépidos también se puede practicar en los descensos de los ríos.
Cada vez es más habitual ver en las playas de nuestra geografía a una persona o grupos de personas subidos encima de una tabla de surf mientras reman. Esta modalidad conocida como Stand Up Paddle (SUP), paddle surf o paddle board ha alcanzado una gran popularidad en los últimos años y se trata de una actividad dirigida a todo tipo de públicos según la edad y el grado de dificultad. Una oportunidad de oro para mejorar el equilibrio, evitar el estrés y alejarse de la vida sedentaria.
Pese a que esta modalidad está en boga especialmente en mares y lagos, esta actividad acuática también está ganando enteros también en los ríos donde la dificultad aumenta, sobre todo en aquellos casos en los que se realiza en descenso en aguas bravas, como en la zona de Murillo de Gállego, en Huesca. Acostumbra a practicarse de forma individual y para los que quieren acercarse por primera vez a esta disciplina lo más recomendable es practicarlo en ríos poco caudalosos y de poca corriente. Permite que personas de todas las edades puedan aprender los fundamentos de esta actividad y comiencen a ganar equilibrio sobre la tabla.
La aventura y el grado de dificultad son mayores al practicar SUP en ríos con más corriente y mayor caudal, si bien la mejor manera de iniciarse es hacerlo en aguas tranquilas, como un lago o un mar. Quienes opten por hacerlo en ríos con más corriente, deben saber que se requiere un mayor grado de conocimiento y práctica para la realización de la actividad, con más medidas de seguridad y un dominio de la ruta o recorrido escogido.
“En el río hay olas diagonales, muchas oscilaciones, el enlace entre el palista y la tabla es fundamental. Por eso en el río no tenemos la correa atada al tobillo que sí se puede tener en el mar”, asegura Gustavo Ortas, responsable del centro de UR Pirineos en Murillo de Gállego, donde se encuentra uno de los centros de actividades de aventura outdoor.
Las mejores actividades acuáticas para practicar en el Pirineo y el Mediterráneo
En ambos casos el principal aliciente son las vistas que se pueden observar desde lo alto de la tabla. Un ejemplo de ello es el servicio de paddle surf que se ofrece en el Lago de la Torrassa, desde el centro de actividades situado antes de entrar al municipio de La Guingueta d’Àneu. Este espacio situado en pleno Parque Natural del Alto Pirineo es una de las bases de RocRoi, una de las empresas líderes del sur de Europa en la organización de experiencias deportivas outdoor.
En el caso de las playas la variedad de actividades es mayor. Desde el longboard hasta el Big SUP, el Standup Paddle es una de las elecciones más populares del deporte al aire libre. No en vano, se ha convertido en una de las disciplinas que mayor crecimiento han experimentado durante la crisis sanitaria de la Covid-19. De este modo, en la base náutica de la Costa del Garraf, en Vilanova i la Geltrú, el paddle surf se ha convertido en una de las actividades más demandadas, junto a la vela y el kayak.
Ángel Panicello, gerente de la base de Vilanova, explica que a diferencia de lo que la gente acostumbra a pensar, el paddle surf también exige muscularmente, lo cual lo convierte en una buena oportunidad para hacer ejercicio físico para personas de todas las edades. “Hay gente que cree que es solo para pasear, pero si aplicas bien los músculos en cada movimiento, se hace un buen entrenamiento”, señala el responsable. Fuera del riesgo y el poco margen de error que
hay en los descensos en los ríos, el mar da la oportunidad de ejercitarse y hacer turismo en la zona. Estos dos motivos son los principales por los que hacer actividades de mar en Vilanova y la Geltrú.
Entre las modalidades más solicitadas encontramos el longboard. Esta actividad consiste en el deslizamiento de la tabla en aguas planas, práctica que también se puede replicar en pantanos. Con unas tablas parecidas a las utilizadas para la iniciación en windsurf, pero con palas de una sola cuchara y una empuñadura para colocar la mano, los practicantes pueden pasarse horas navegando en aguas tranquilas y poniendo a prueba su equilibrio.