MOTO DE NIEVE NOCTURNA, CENA EN UN RESTAURANTE DE MONTAÑA Y BAJADA EN RETRAC
«Tal y como teníamos previsto en nuestra reserva, llegamos para las 20:00 a la yurta de Rocroi, en la estación de GRANDVALIRA en el sector de Grau Roig. Una vez allí nos acogieron los guías que nos equiparon con cascos, nos informaron durante 5 minutos y enseguida nos subimos a nuestras motos de nieve .
Empezamos la ruta con el guía en cabeza del grupo y nosotros siguiéndole. La luna alumbra el camino, el cielo estrellado por encima de nuestras cabezas es magnífico. Al principio rodamos tranquilamente, el tiempo de acostumbrarse a las motos de nieve, luego vamos cada vez más rápido, la velocidad nos embriaga. De noche, es mucho más impresionante ya que verdaderamente no sabemos dónde vamos ni dónde estamos. Afortunadamente, el guía se adapta y escoge caminos adaptados a nuestra maestría con las motos. Atravesamos el valle, sobre caminos anchos, luego entre los pinos. ¡ Nos paramos para una foto de grupo, cambiamos de conductor y seguimos con la ruta!
¡ Sin darnos cuenta nos encontramos en las pistas de esquí y cuesta abajo! El camino es fácil, ancho, podemos rodar más rápidamente. Subimos y bajamos pistas verdes, azules y rojas, es muy divertido.
Después de 30 minutos de conducción, los guías nos llevan hasta un chalé de montaña, accesible únicamente por las pistas. Nos invitan a entrar y se despiden de nosotros y toman el camino con las motos de vuelta. El restaurante es el, Vodka Bar, el interior es magnífico: hecho de madera y piedras, iluminado con velas, y banquetas de madera y piel. Hasta hay una hoguera y zapatillas de andar por casa.
Apenas llegados, estamos instalados como verdaderos montañeros, en la esquina del fuego, nuestras zapatillas en los pies, saboreando una deliciosa sopa de pollo.
Luego nos sentamos a la mesa, los platos, exquisitos, se encadenan. La cocción de cada uno de ellos es perfeccionada, los productos son de calidad muy buena y variados: Codornices, hígado de pato, salmón, pintada… Es una comida de rey, que, para coronar todo la acompañada por unos vinos excelentes. Dos o tres horas más tarde, terminamos con queso, postre y café o tisana.
Luego, una Retrac de grandes dimensiones aparca delante del restaurante y nos hace señales con los faros, es el momento de dejar este lugar encantador. Quitamos las zapatillas, nos volvemos a vestir para la temperatura exterior y subimos en la imponente Retrac. Instalados en la retrac, podemos admirar el trabajo del hombre y de su máquina que corona la pista, para que podamos esquiar al día siguiente.
(Photo : http://www.laregion.ch/)El conductor nos pregunta dónde estamos apartados y nos deja en la puerta de nuestro coche, ¡Un lujo! Volvemos felices, habiendo pasado una noche increíble. Lo aconsejamos mil veces. ¡Decididamente para repetir!
Una cliente muy satisfecha.»